jueves, 8 de septiembre de 2011

SI TÚ ME DICES VEN LO DEJO TODO...PERO DIME VEN

Recuerdo como si fuera hoy cuando ella me dijo "¿No deseas poder ser feliz en todos los aspectos de tu vida...? ¿No tener que aceptar nada que no te agrade...? ¿Sentir que la vida es controlada por ti en lugar de ir a rebufo de ella en el vagón 23...?.
No respondí...
Sólo resoplé, resonó un montón de aire saliendo de mi nariz y apareció mi diente roto tras una sonrisa de esperanza.
Y no dije nada, porque cuando llevas años aceptando que tu vida es lo que te pasa y no lo que originas... Pues, lamentablemente, te acabas acostumbrando.
Seguidamente ella añadió: "¿Conoces una vieja canción que dice "Si tu me dices ven lo dejo todo"?.
Volví a afirmar en silencio; no me salían las palabras, la emoción me tenía atrapado.  Mi garganta era incapaz de crear sonido alguno.
Ella continuó: " Pues siempre he creído que a esa canción le falta algo... Debería ser: "Si tu me dices ven lo dejo todo... pero dime ven".
Finalmente me miro y me soltó las tres preguntas que llevaba años deseoso de que alguien me hiciera: "¿Quieres o no quieres controlar tu vida? ¿Quieres o no quieres ser dueño de todos tus momentos? ¿Quieres?
Y dije que sí, el sí más alto y más potente que ha salido de mis cuarenta años de vida.
Un sí que constrastaba con el no más rotundo que había escuchado muy pocas horas antes...
Y tenéis que entender ese "no" antes que os hable de ese "si". Si no todo carecerá de sentido y no comprendereís absolutamente nada.
Por ello, es imprescindible que conozcáis lo que pasó en las horas previas a conocer a la mujer que cambiaría la forma de ver mi vida y mi  mundo.
Vayamos a ese "no"...

2 comentarios:

  1. Relato del libro de Albert Espinosa "SI TÚ ME DICES VEN LO DEJO TODO... PERO DIME VEN" continuará...

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  2. Continuo con su lectura...
    Metí apenas cuatro cosas en la maleta y decidí coger el primer vuelo rumbo a Nápoles. Sé que huía, que el hecho de que acabasen de dejarme me superaba e intentaba no pensar en ello. Er una reacción infantil, pero era justo lo que necesitaba en esos momentos.
    Fuí al lavabo para llevarme cuatro cosas más.
    Y fue allí donde descubrí su perfume. Se lo había dejado . Con las prisas había olvidado su olor. Tan sólo cajones ymesitas habían sido saqueados.
    Acerqué su olor a mí y fué como tenerla al lado... Fue como sentirla...
    dolía mucho todo aquello. La añoraba y no hacía ni diez minutos que se había marchado de mi vida

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